jueves, 28 de abril de 2016

La mariposa y la llama

Hay una leyenda árabe que dice así:

Una noche las mariposas se reunieron, con el ansia de conocer la llama. Decían -“Es necesario que alguien nos dé alguna noticia”-.

Una de ellas se acercó a un castillo, y desde fuera vio a lo lejos la luz de una vela. Regresó volando para contar su impresión, según lo que había podido entender. Pero la mariposa que presidía la asamblea no se dio por satisfecha. -“No sabes nada de la llama”-, dijo.

Partió otra, y penetró en el castillo, tocando la vela, pero manteniéndose lejos de la llama. También esta reportó un pequeño manojo de secretos, conocidos tras su encuentro con la vela. Pero la sabia mariposa le dice:

-“Tampoco esto es un informe, querida. Tu relación vale tanto como la otra”-.

Partió una tercera, y ebria, se posó moviendo las alas sobre la llama. Estiró las patas y la abrazó, perdiéndose alegremente en ella para siempre.
Envuelta completamente por las llamas, sus miembros se pusieron rojos como el fuego que la acariciaba. Cuando una sabia mariposa la vio desde lejos, convertida en una sola cosa con la llama, ya del color de la luz, dijo:

-“Sólo ésta ha alcanzado el objeto. Sólo ésa, ahora, sabe algo de la llama”-.

Como la mariposa última de la leyenda, hay ocasiones en las que las personas sólo encontramos sentido a la vida, buscando nuestra propia destrucción. Unas veces es la entrega consecuente a una causa lo que nos conduce hacia un final inexorable, lo que al morir nos hace brillar más que nunca por última vez; Otras, por el contrario, la sed de saber aquello que debemos ignorar, la fascinación que nos produce aquello que nos hace mal, que nos está vedado, nos lleva inevitablemente a nuestra propia aniquilación, que se produce en un último estallido luminoso de cuanto somos sin sorpresa alguna por nuestra parte.

Sea como sea, la llama es siempre presagio de muerte para la mariposa.
  
Para escuchar: Polvo de mariposas de Vanesa Martín.

Letra

A veces me encuentro contigo
Cuando no te espero
Tras la sorpresa me toca pensarte
Érase una vez este maldito cuento

Aún sigo creyendo en el polvo de las mariposas
No quiero unas alas que vengan ya rotas
El mar siempre supo guardarme el secreto

Él me pide su trozo de arena y después lo pervierte
Vaciando montañas para cuando llegue
Aquella que le hace bajar la marea

Te sentí tan dentro que a veces
Presiento que estás a mi lado
Me gusta contarte lo que me ha pasado
Hasta que descubro que he hablado sola

Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
Me hizo llorar al besarme muy lento
No habrá una ciudad donde no me emocione

No pude dejarte la puerta entreabierta esa tarde
Hacerte pasar para nunca agarrarte
Ya sabes que a ratos resulto una idiota

Yo no pude meterte en la caja de historias pendientes
Hablarte bonito mientras te me duermes
Quedarme tu tiempo a cambio de nada

Te sentí tan dentro que a veces
Presiento que estás a mi lado
Me gusta contarte lo que me ha pasado
Hasta que descubro que he hablado sola

Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
Me hizo llorar al besarme muy lento
No habrá una ciudad donde no me emocione

Te sentí tan dentro que a veces
Presiento que estás a mi lado
Me gusta contarte lo que me ha pasado
Hasta que descubro que he hablado sola

Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
Me hizo llorar al besarme muy lento
No habrá una ciudad donde no me emocione

Ay
Te sentí tan dentro

A veces me encuentro contigo cuando no te espero
Tras la sorpresa me toca pensarte
Érase una vez este maldito cuento

No hay comentarios:

Publicar un comentario