viernes, 1 de mayo de 2015

Quiero irme con el invierno



Ahora que florecen los almendros quiero irme con el invierno, y esconderme entre las gotas de lluvia en una calle cualquiera, para olvidar en la barra de un bar apurando una copa más, mirando distante a la gente, admirando la belleza de una mujer desconocida que en otro tiempo hubiera intentado seducir, pero que hoy es algo para lo que carezco de fuerzas y de la suficiente capacidad para creer en los demás, como para que el esfuerzo merezca la pena y pueda interesarme el empeño.

Quiero olvidar muchas cosas, como aquel día ya lejano en el que emborrachados de juventud caminábamos por las calles de Roma, al tiempo que sus sueños y los míos se entrelazaban y hacían filigranas con nuestras vidas. 

Quiero olvidar aquel restaurante en el Trastevere, sus mesas con manteles de cuadros y aquella vela que casi gastada, alumbraba nuestra cena desde el cuello de una vieja botella, muda testigo de nuestra conversación intranscendente, de nuestras risas y  de nuestros juegos.

Quiero olvidar el regreso al hotel por la acera mojada, mientras las prostitutas, a la espera de sus solitarios clientes, nos miraban pasar curiosas en la madrugada, desde los soportales del viejo teatro Marcelo.

Pero el tiempo se llevó todos los planes, las ilusiones quedaron en nada, y ahora sólo restan como testigos de aquel amor, las calles de Roma, que no quisieron olvidar.

Para escuchar: "Roma capoccia" de Antonello Venditi.

Letra

Quanto sei bella Roma quand'e' sera
quando la luna se specchia
dentro ar fontanone
e le coppiette se ne vanno via,
quanto sei bella Roma quando piove.

Quanto sei grande Roma quand'e' er tramonto
quando l'arancia rosseggia
ancora sui sette colli
e le finestre so' tanti occhi,
che te sembrano d: quanto sei bella.

Oggi me sembra che
er tempo se sia fermato qui,
vedo la maest der Colosseo
vedo la santit der cupolone,
e so' piu' vivo e so' pi bbono
no nun te lasso mai
Roma capoccia der mondo infame,
na carrozzella va co du stranieri
un robivecchi te chiede un po'de stracci
li passeracci so'usignoli;
io ce so'nato Roma,
io t'ho scoperta stamattina.

Traducción

Que bella eres Roma, por la tarde
cuando la luna se refleja 
en la fuente
 y las parejas se van,
que bella eres Roma cuando llueve.


Que bella eres Roma cuando se pone el sol,
cuando el naranjo florece
todavía sobre las siete colinas
y las ventanas son tantos ojos
que parece que te dicen: que bella eres.

Hoy me parece que,
el tiempo se ha parado aquí,
veo la majestad del Coliseo
veo la santidad de la cúpula
 y estoy más vivo y soy mas bueno
no te dejaré nunca

Roma cima del mundo infame,
una carroza va con dos extranjeros
un pobre pide un poco de suelto
los pájaros son ruiseñores
yo he nacido en Roma,
yo te he descubierto esta mañana.

Antonello Venditti es un cantautor italiano reconocido por su amplia trayectoria en la musica, su carisma y su pasión por el fútbol, al cual le ha compuesto varias canciones. Siendo apenas un adolescente compuso dos de los títulos que más fama le han dado, Roma capoccia y Sora Rosa. Venditti publicó su primer álbum como solista en 1973, L'orso bruno. Después de fichar por la compañía RCA graba, entre otros, los álbumes Lilly (1975) y Sotto il segno dei pesci (1978). En 1982 fundó su propia casa discográfica, la Heinz music, con la que publica In questo mondo di ladri (1988), Benvenuti in paradiso (1991), Prendilo tu questo frutto amaro (1995), Goodbye novecento (1999), Live Circo Massimo (2001) y Che fantástica storia è la vita(2003). Su gran polivalencia y su capacidad de mostrar diversos temas, como el malestar de los jóvenes, la afición por el deporte, la satira política y el amor han hecho de Venditti uno de los personajes del mundo de la música más apreciados por el público.