domingo, 11 de octubre de 2020

El ocaso del amor


En ocasiones tengo el privilegio de detenerme a contemplar el ocaso, desde lo alto de una pequeña loma próxima a mi casa. Desde allí, junto con mi buen amigo Günther, un teckel que vale más que cualquier hombre, veo caer los últimos rayos de sol sobre la ciudad, hasta que termina por hacerse la oscuridad en un proceso inverso al del alba. Este fenómeno del nacimiento y la muerte del día, su principio y su fin, me hacen reflexionar sobre como la muerte vence a la vida, haciéndome consciente de que todo lo que existe se extinguirá en algún momento. Y me pregunto: ¿Cuándo comenzó el declinar del Sol? ¿Cuándo el día empezó a ceder su espacio a la noche, la luz a la oscuridad? ¿Cuándo comenzó el fin? ¿Cuándo comienza la muerte de cuanto amamos, de nosotros mismos, del amor?

La muerte del amor es algo semejante a la del día. Cuando existe, empieza sin conocer la razón de sí mismo ni su origen, no conoce el momento exacto de su nacimiento, el enamoramiento es otra cosa, y llega a su cénit sin advertirlo, sin ser consciente de sí mismo; Pero un día, uno cualquiera, sin conocer muy bien el porqué, lo que nos unía comienza a marchitarse, y en la angustiosa búsqueda de una explicación al desastre, tratamos de encontrar una causa en el otro o en nosotros mismos, tanto da. Y no, por más que queramos encontrarla, nunca hallaremos una explicación verdaderamente convincente que nos consuele del naufragio de lo vivido y de lo amado. Por eso, llegado este momento, sólo queda alejarnos lentamente, en silencio, dubitativos sobre el pasado e inseguros del futuro. Sobrecogidos ante la banalidad y la levedad de nuestra propia existencia, y de cuanto en nuestro corazón arraiga.

Manual para amantes desengañados.
Francisco José Fernández-Cruz Sequera.
Editorial EAS.
Pedidos. info@editorialeas.com

Para escuchar: Procuro olvidarte, interpretada en una calle de Cáceres por un cantante desconocido.

Letra

Procuro olvidarte
Siguiendo la ruta de un pájaro herido
Procuro alejarme
De aquellos lugares donde nos quisimos
Me enredo en amores
Sin ganas ni fuerzas por ver si te olvido
Y llega la noche
Y de nuevo comprendo que te necesito
Procuro olvidarte
Haciendo en el da mil cosas distintas
Procuro olvidarte
Pisando y contando las hojas caídas
Procuro cansarme
Llegar a la noche apenas sin vida
Y al ver nuestra casa tan sola y callada
No sé lo que haría
Lo que haría
Por que estuvieras tú
Por que siguieras tú conmigo
Lo que haría
Por no sentirme así
Por no vivir así perdido
Procuro olvidarte
Siguiendo la ruta de un pájaro herido
Procuro alejarme…