sábado, 22 de diciembre de 2012

Meine unbekannten Liebe

 
  
Un día más ha terminado, y cada vez resulta difícil más retirarse a descansar tras soñar contigo... ¿Quién sabe cuando estaba dormido?, ¿lo estaba cuando te soñaba?, ¿lo he estado siempre cada vez que he creído encontrarte?, ¿lo seguiré estando si quizás no sigo escuchando tu voz dentro mí?, ¿seguiré en sueños si por las noches dejo de perseguir su eco huidizo por las calles de mi soledad?. Resulta difícil distinguir los sueños de la ilusión.

Acabo de volver de pasear bajo la Luna por la carretera sin salida que, cómo un augurio del inexorable futuro, pasa por la puerta de casa camino del cementerio. Caminando entre las dos filas de árboles que la encierran vivía la ensoñación de la vida a tu lado. Sé que estás ausente, y no por ello dejas de estar en todo momento en mi vida, lo sé por como me inquietas, y por cómo tu voz me turba aunque no la oigo, y no sé por qué, otra noche más, estoy escribiéndote, pues probablemente me arrepentiré de someter a la crítica de la razón, ¡tribunal inflexible a cuyo juicio nada escapa!, lo que en este momento, con razón o sin ella siento, esta locura de amarte ausente.

Suena “Lili Marleen” y me pregunto: ¿Qué importa seguir esperando bajo el farol del viejo cuartel?. Pero no es verdad, sí importa ver pasar la vida, y ahora, de pronto tengo miedo a que llegue un mañana vacío. ¡Qué sensación extraña!, tu existencia se me representa como una sombra fugitiva que se desvanece. Mas, ¿y si para mí fueras en persona, lo que ahora eres en la voz y la distancia de mis sueños?, ¿y si no bastara para ti cuánto soy?. No oculto que estoy muy dañado, que el no haber sido amado nunca ha dejado en mí un poso de amargura inabarcable. No sé si algún día podré decírtelo, necesito mantener la creencia de que nada me puede dañar, de que nada podrá conmigo, de que yo... sobreviviré a todo y a todos. Y no sé, si esa fingida frialdad cotidiana, no te dejará adivinarme al otro lado de su muro.

Tenía razón quién decía que se puede seguir sólo, luchar sólo, vencer sólo, pero... ¿acaso sabes cómo se queda el alma?, eso no me lo habían contado. Se puede pelear sólo, pero la vida, lo sabes mejor que yo, no es una pelea. Ni la soledad algo propio del hombre, para hacerlo tienes que olvidarte de tu propia naturaleza, y no sólo eso, sino que al final, aunque lo niegues, te conviertes en un mendigo, en un perro callejero que ama y desea más una caricia que un trozo de pan. Otro huérfano de una voz amorosa de despedida cada noche, ausente del existir todo gesto de ternura, sordo al no escuchar una voz de amor, de casi cualquier tipo de amor, que raramente suena, acostándote cada noche con el alma hecha pedazos de dolor a golpes de soledad y de desesperanza, y al amanecer volver a vivir reconstruyéndola cada día, componiendo la grosera impostura que cada mañana se envuelve en el falso aroma de un aparente éxito, sin escuchar un “buenos días” del ser que te ama. 

Todos necesitamos ser amados desde todas las formas de amor posibles, y no existe peor castigo que vivir desterrado del amor, en la agónica esperanza de que, de repente, aparecerá el ser amado con una forma de ser clara, inteligente, sensata y decidida al tiempo, como un resumen de muchas de las cosas que amo en la vida ¿Cómo te haré entender mi miedo a acercarme a ti, por miedo a perderte después? ¿Cómo explicarte que nunca creí que llegaría a buscar una esquina en la que esconderme, por miedo a llegar a amar y luego perder?.

Es mucha vida la que vive en mí, sentimientos que otros consideran imposibles, ideas descabelladas, temores, ilusiones, locuras, sueños de un universo condensado en el poco espacio de mi corazón. Dirán que no te he visto jamás, y es verdad; dirán también que sin ello, no se puede llegar a enamorarse de alguien, y también es verdad; pero en lo que yo tengo razón es en que no habrá miedo ni dolor que me pueda apartar de soñarte, no bastarán ni las distancias ni los elementos para separarme del hueco dejado por tu alma ausente, no habrá amor de hombre comparable al mío, ni añoranza que haya sido amada así.

Y tú, extraño que lees esto no digas nada, guárdate tu razón pues no eres perito en amores, y bien sabes que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”, y ahora no necesito que digas nada. Siente si al leer tienes que sentir, pero no razones, recuerda lo que decía Nietzsche: 'Siempre hay un poco de locura en el amor, aunque siempre hay un poco de razón en la locura'

Mientras... seguiré como el soldado que hace guardia cada noche bajo el farol del cuartel, pensando en ti, mi dulce bien, Lili Marleen.



                                           Para escuchar: Lilie Marleen por Lale Andersen

Historia de una canción

A Betty la llamaban Lili ("Lirio"), y trabajaba en una verdulería. Marleen era una joven enfermera. Por ambas estaba loco Hans Leip, un soldado alemán de la Primera Guerra Mundial que, al no poder decidirse por una de las dos bellezas, decidió escribir un poema y dedicárselo a "Lili Marleen". Pasaron los años y publicó el soldado poeta un libro con sus obras en 1937. Entre ellas, ese poema "Lili Marleen":

"1. Vor der Kaserne
Vor dem großen Tor
Stand eine Laterne
Und steht sie noch davor
So woll’n wir uns da wieder seh’n
Bei der Laterne wollen wir steh’n
Wie einst Lili Marleen. (bis)

2. Unsere beide Schatten
Sah’n wie einer aus
Daß wir so lieb uns hatten
Das sah man gleich daraus
Und alle Leute soll’n es seh’n
Wenn wir bei der Laterne steh’n
Wie einst Lili Marleen. (bis)

3. Schon rief der Posten,
Sie blasen Zapfenstreich
Das kann drei Tage kosten
Kam’rad, ich komm sogleich
Da sagten wir auf Wiedersehen
Wie gerne wollt ich mit dir geh’n
Mit dir Lili Marleen. (bis)

4. Deine Schritte kennt sie,
Deinen zieren Gang
Alle Abend brennt sie,
Doch mich vergaß sie lang
Und sollte mir ein Leids gescheh’n
Wer wird bei der Laterne stehen
Mit dir Lili Marleen? (bis)

5. Aus dem stillen Raume,
Aus der Erde Grund
Hebt mich wie im Traume
Dein verliebter Mund
Wenn sich die späten Nebel drehn
Werd’ ich bei der Laterne steh’n
Wie einst Lili Marleen. (bis)"

Traducción:

" En el barracón del cuartel,
junto a la entrada, ahí una farola encontré.
Y si aún permanece en pie
entonces nos volveremos a ver
bajo esa vieja farola, estaremos
como estuvimos una vez, Lili Marleen.

Nuestras sombras encontrándose,
fundiéndose en una sóla.
Nuestro amor no fue efímero,
fue puro para los que nos miraron,
y toda la gente contemplará
el momento en que estaremos bajo esa vieja farola,
como estuvimos una vez, Lili Marleen.

Entonces el guardia a mí me dirá:
"Nos llaman al frente, vámonos.
Esto podría costarte tres días de arresto."
"Estaré en un momento"
Y así fue como nos dijimos "hasta siempre",
aunque hubiera preferido quedarme contigo,
contigo Lili Marleen.

Bien conoce ella mis pisadas,
mi decidido caminar.
Cada tarde esperando...
¿por mi? Un recuerdo reciente.
Si algo me llegara a suceder,
¿quién bajo la farola estará,
contigo Lili Marleen?

De mi plácida existencia,
y de este descolorido día a día,
como un sueño me liberaste,
con tus labios tan vivos.
Cuando la nieblas de la noche se arremolinan y agitan,
a esa farola regreso,
como hice una vez, Lili Marleen."

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