viernes, 17 de enero de 2014

Están acabados




Ilustraba esta entrada una fotografía de un niño al que varios policías pertenecientes a las unidades antidisturbios (UIP) del Cuerpo de Policía Nacional, arrastraban por el suelo en las movilizaciones de Madrid de 2013. Con motivo de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Ciudadana el día 1 de Julio de 2015, dicha fotografía ha sido retirada para no infringir el artículo 36.26 de esta Ley, que prohibe utilizar fotos de policías en acto de servicio para garantizar así la impunidad de los constantes abusos policiales de estas unidades. Esta Ley es el resultado del aumento de la represión que venimos sufriendo en España desde el comienzo de la crisis en 2008. Ahora, en su lugar pondré una foto que no moleste a los señores del Gobierno, porque en ella no hay policías apaleando a nadie.



Desde que el hambre y la miseria, sí, hambre real, han vuelto, se ha extendido por España como si de una epidemia se tratase el miedo. Pero no entre la mayoría de los que cada vez tienen menos o apenas nada, ni Justicia siquiera; sino entre los que lo tienen casi todo, y que por eso mismo temen perderlo. Y así el miedo ha hecho débiles a los poderosos, mientras que la necesidad está haciendo fuertes a los menesterosos. Por eso, quizás pasemos un tiempo más entre la ira y el dolor, pero cuando desde un poder miserable y corrupto se manda golpear a los niños, aunque ni ellos ni sus verdugos a sueldo lo sepan, están acabados.

 
 Para escuchar: "Habría que saberlo" de Patxi Andión.
 
Acaso una palabra vendida por un sueldo,
podría definirme, ponerme nombre al cuello,
con bordes y con grapas, como un palafranero.

Habría que saberlo,
habría que saberlo.

Acaso alguna tarde, perdido por mí mismo,
buscando los rincones, sacando el polvo de ellos,
sabría que soy algo, sabría que no he muerto.

Habría que saberlo,
habría que saberlo.

Habría que pensar,
habría que pensar,
habría que pensar sin miedo

Acaso una mirada con la verdad por dentro,
podría convencerme que no me estoy vendiendo,
que aún tengo una mirada perdida en un espejo.

Habría que saberlo,
habría que saberlo.

Acaso sea mi duda la que me paga el sueldo,
acaso la esperanza de darme tiempo a verlo,
y andarme yo por dentro sin prisa y sin consuelo.

Habría que saberlo,
habría que saberlo.

Habría que pensar,
habría que pensar,
habría que pensar sin miedo.

Acaso soy un sueño que vive sin saberlo,
acaso soy el pueblo que da apellido al verbo,
hundiendo la barbilla al fin del mundo entero.

Habría que saberlo,
habría que saberlo.

Acaso la palabra vendida por un sueldo,
acaso la esperanza, acaso sea mi duda,
acaso sea el pueblo, acaso sea el verbo.

Quien pueda convencerme que no me estoy vendiendo,
que aun soy una esperanza pintada en un pañuelo.

Habría que saberlo
habría que saberlo

Habría que pensar,
habría que pensar,
habría que pensar sin miedo.

Francisco José Andión González , más conocido como Patxi Andión, (Madrid, 1947) es un cantautor, músico, actor y profesor universitario de Sociología de raíces vascas. Ha participado en algunas películas españolas de los años 70 y es conocido fundamentalmente por su labor como cantautor.

El apogeo de su carrera musical abarcó el periodo comprendido entre 1971 y 1978, durante el cual alcanzó notables cotas de calidad artística con temas como "Puedo inventar", "La casa se queda sola", "Tiempo, tiempo", "Quiénsabe si volverá otra vez a amanecer", "Una dos y tres", "Sonetos 37-73", "Porque me duele la voz", "Compañera", "Definitivamente", "Como tu", "Entre tu piel", "Samaritana", "A donde el agua", "La bohemia", "Estrella de la mar", entre otras. A partir de 1979, fue adquiriendo un estilo cada vez más hondo y personal, lo cual fue alejándolo paulatinamente de los circuitos comerciales. 

En la actualidad, alterna la composición con su actividad docente impartiendo clases de Comunicación audiovisual, Producción, realización y operaciones artísticas y Producción audiovisual práctica en la Escuela Universitaria Politécnica de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha.

2 comentarios:

  1. Usted Señor me ha estado enseñando muchas cosas a lo largo de estos años con su blog.
    Se lo agradezco mucho.

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  2. Yo soy el agradecido, al recibir sin mérito por mi parte la atención que prestan a la expresión de mis vivencias. De corazón, gracias.

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