miércoles, 6 de enero de 2016

Verás, verás

Verás, ha llegado el primer temporal del invierno y hace dos días que está lloviendo, despacio, lentamente, con indolencia. De vez en cuando la lluvia se ve azotada por el viento, y se lanza con violencia contra el cristal de la ventana, que se toma el trabajo de detener el agua con un ruido seco, como si protestara por el golpe. Durante horas la he mirado caer protegido por el calor de la chimenea, envuelto en recuerdos y confidencias, y cuando ha llegado el momento de regresar a casa, no sentía deseos de retornar al frío de la soledad.
 
Verás, hace demasiado tiempo que espero que todo pueda cambiar. Antes creía que era un deseo que sólo me alcanzaba a mí, pero ahora sé que, por unas u otras razones, casi todos deseamos que nuestra vida cambie en algún sentido.
 
Algunos se sienten decepcionados por una rutina que nunca supusieron que llegaría a sus vidas, una cotidianeidad hecha de niños, trabajo, facturas y una mujer o un marido con el que después de tanto tiempo, sólo se comparte la indiferencia que sienten el uno por el otro, o el abismo que han abierto los silencios compartidos.
 
Hay otros que habituados a cumplir su horario de trabajo, al término de la jornada, llegan a casa sólo para ver como unos hijos, que ya no son niños, salen a toda velocidad para reunirse con sus amigos, o hacer deporte o... ¡Lo que sea que surja en cada momento! Vidas jóvenes que parece que no tuvieran tiempo para ser vividas. Y cuando se marchan, sólo queda el silencio y el vacío en el corazón de una vida que no tiene sentido propio, pues sólo el amor auténtico, por algo o por alguien, puede darle razón de ser. Es entonces cuando el frío del invierno se instala en nuestros huesos, en nuestra alma y en nuestra esperanza, y tratando de convencernos a nosotros mismos sin conseguirlo, para calentarla nos cubrimos con la manta de los susurros que se quedan suspendidos tras un suspiro, y nos decimos :"verás como todo cambiará".
 
 Para escuchar: Vedrai, Vedrai de Luigi Tenco.

Quando la sera
me ne torno a casa
non ho neanche voglia di parlare.
Tu non guardarmi con quella tenerezza
come fossi un bambino
che ritorna deluso.
Si lo so che questa non è certo la vita
che ho sognato un giorno per noi.

Vedrai, vedrai,
vedrai che cambierà.
Forse non sarà domani
ma un bel giorno cambierà.
Vedrai, vedrai,
no, non son finito sai,
non so dirti come e quando
ma vedrai che cambierà.

Preferirei sapere che piangi
che mi rimproveri di averti delusa
e non vederti sempre così dolce,
accettare da me
tutto quello che viene.
Mi fa disperare
il pensiero di te
e di me che non so darti di più.

Vedrai, vedrai,
vedrai che cambierà.
Forse non sarà domani
ma un bel giorno cambierà.
Vedrai, vedrai,
no, non son finito sai,
non so dirti come e quando
ma vedrai che cambierà.

Traducción

Cuando por la noche regresas a casa
ni siquiera tengo ganas de hablar.
Tú no me mires con esa ternura
como si fuera un niño
que se queda decepcionado.
Sí, lo sé,
que esto no es de seguro la vida
que un día soñaste para nosotros.

Verás, verás,
verás que un día cambiará.
Tal vez no será mañana,
pero un día va a cambiar.

Verás, verás,
que no estás acabado, sabes,
no sé decirte cómo, ni cuándo,
pero un día cambiará.

  Preferiría saber que lloras
que me reprochas el haberte decepcionado,
y no verte siempre tan dulce,
aceptar de mí todo lo que te doy.
Me desespera el pensamiento de ti
y de mí, que no sé darte más.

Verás, verás,
verás que un día cambiará.
Tal vez no será mañana,
pero un día va a cambiar.

Verás, verás,
que no estás acabado, sabes,
no sé decirte cómo, ni cuándo,
pero un día cambiará.

La triste y romántica historia de Luigi Tenco.

Luigi Tenco (21 de marzo de 1938, Cassine, provincia de Alessandria, Italia - 27 de enero de 1967, San Remo, provincia de Imperia, Italia); fue un cantautor y poeta italiano. En 1961 grabó su primer disco en solitario, con su nombre auténtico, titulado Quando. En 1962 tuvo una pequeña experiencia cinematográfica con el filme La Cuccagna, de L. Salce, donde colaboró con Fabrizio De André en la banda sonora. El primer "33 rpm" de Luigi Tenco apareció aquel año, con éxitos como Mi sono innamorato di te y Angela, y también Cara maestra, que no fue aceptada por la Comisión para la Censura. En 1963 se rompe su amistad con Gino Paoli, a causa de la relación de éste con Stefania Sandrelli. En septiembre de ese año sus canciones Io si y Una brava ragazza fueron también rechazadas por la censura. En 1965, después de varias prórrogas, se incorporó al servicio militar, buena parte del cual pasó en diversos hospitales. En 1966 firma un contrato con la RCA y graba Un giorno dopo l'altro, que se convierte en música de la serie de televisión Il commissario Maigret. Otros sucesos de la época son Lontano lontano, Uno di questi giorni ti sposerò, E se ci diranno y Ognuno è libero. Conoce en Roma a la cantante ítalo-francesa Dalida, con la que vivirá, según algunas fuentes francesas, una historia de amor. No obstante, su verdadera relación con Dalida es muy discutida. Según algunas fuentes italianas esta relación no fue nada más que una relación de trabajo y su verdadero amor fue Valeria Ciangottini. En 1967 se presentó al Festival de San Remo con la canción Ciao amore ciao, pero la canción no fue admitida por la comisión del festival. Rechazada también en la repesca, el cantante cayó en la desolación. Se encerró en su habitación del Hotel Savoy y se suicidó de un disparo en la cabeza. Las verdaderas razones de su suicidio son desconocidas y, quizás no se sepan nunca. Pero parece que una de las razones probables fueron sus relaciones "difíciles" con Valeria Ciangottini (otra razón a menudo mencionada era su fracaso en el Festival de San Remo). Después de su muerte, en una de las entrevistas, Dalida dijo: "Es una pantalla que ahora quieren tender. Quieren crear una imagen del ídolo que no soporta el fracaso y se mata. La verdad es muy otra. Creo que la verdad de esta muerte injusta la saben Dios y esa muchacha que no supo cuan enamorado estaba Luigi de ella." Por otro lado, de las cartas de Luigi Tenco a Valeria Ciangottini: "Ho tentato in tutti i modi, ho passato delle notti intere (aspetta un attimo!) a bere, a cercare di farle capire chi sono, cosa voglio, e poi... ho finito col parlarle di te, di quanto ti amo". (Se trataba de "fare capire" a Dalida). Años después de su muerte, se creó en su pueblo natal el Club Tenco, en su memoria, que preserva su legado y su vida, y hoy se celebra un festival anual de la canción italiana en dialectos, que lleva su nombre.


2 comentarios:

  1. Verás...tienes toda la razón !!!
    marviada3@gmail.com

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  2. En el blog trato de extraer lo que de universal y válido para la mayoría de las personas puedan tener mis propias experiencias, sentimientos o emociones. Me alegro de haberlo conseguido por esta vez. Un saludo.

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