En la vida de la mayoría ha habido días festivos, alegres y gozosos, que hicimos de ilusiones, de proyectos y planes compartidos que parecían únicos a nuestros ojos. Momentos en los que construíamos un mundo hecho a la medida del amor que sentíamos y en los que cada mañana nos preparábamos para vivir en una arcadia feliz con el ser amado, en la que cada minuto se hiciera de ternura, de fidelidad y de calor. Y cada noche al despedirnos en el portal, nuestra imaginación zarpaba rumbo al futuro, y como las golondrinas construyen sus nidos en primavera, nuestro amor florecía en la almohada como si la luna trajera cada anochecer un nuevo mes de mayo. Y así era como en nuestros sueños preparábamos el nido en lo más alto de nuestra alma, allá donde nadie pudiera alcanzarlo, para vivir eternamente ensimismados bastando dos para serlo todo.
Pero la realidad hizo naufragar la barca en la que viajaban. La rutina embarrancó nuestras vidas en la playa de lo cotidiano y descubrimos que la piel ya no bastaba, que el amor no era como una vez imaginamos, que aquello no era suficiente. De repente estábamos perdidos en el espacio infinito de un mar de soledad, hecho de pequeñas renuncias y abandonos, y desnudos en la frialdad de cada palabra, nos sorprendimos náufragos y abandonados, dejándonos llevar por la marea de la costumbre flotando en la nada del vacío, sin saber qué nos hacía volver cada noche, qué nos unía aún. Pero a pesar de ello, cuando ya todo estaba concluido, continuábamos sin comprender porque, de cuando en cuando, seguíamos añorando aquel amor.
Para escuchar: Si estamos juntos de Richard Cocciante
No sé cuantas historias llenan ya mi vida,
ni cuantas aún me faltan por vivir,
y aún sueño despierto.
Historias de ríos, de extensas
y románticas praderas,
historias de desiertos.
Y cuantas veces vi desde
la proa de una barca,
entre agua y viento,
un mar inmenso en calma,
calarme dentro, y como una caricia tierna
iluminarme el alma.
Después ,la nieve blanca,
los árboles, los abetos
y el abrazo del silencio,
colmarme los sentidos.
Sentirse solo y vivo,
entre montañas grandes
y espacios infinitos.
Después volver aquí y retomar
la vida de días siempre iguales.
Volver a discutir y reírnos
con el hielo de un cotidiano invierno.
No, yo no puedo aceptarlo,
no era esta la vida que soñé,
yo no escribí esta página
y no es este el sueño que dibujamos juntos.
Qué lástima, no quiero aún creer que
sea esta la forma justa de acabar.
Si estamos juntos se que habrá un porqué,
y quisiera descubrirlo esta noche.
Si estamos juntos algo debe haber
que nos una todavía esta noche.
Te extraño aún, te extraño aún.
Después volver aquí y retomar
la vida que no parece vida.
Volver a discutir y consumir
así momentos y momentos.
No, yo no puedo aceptarlo.
Qué vida es vivir así,
desgastarme en criticas inútiles,
jugar a hacernos mal durante el día
y ser de noche cómplices.
No quiero aún creer que
sea esta la forma justa de acabar.
Si estamos juntos sé que habrá un porqué,
y quisiera descubrirlo esta noche.
Si estamos juntos algo debe haber
que nos una todavía esta noche.
Te extraño aún, te extraño aún.
Te extraño…
ni cuantas aún me faltan por vivir,
y aún sueño despierto.
Historias de ríos, de extensas
y románticas praderas,
historias de desiertos.
Y cuantas veces vi desde
la proa de una barca,
entre agua y viento,
un mar inmenso en calma,
calarme dentro, y como una caricia tierna
iluminarme el alma.
Después ,la nieve blanca,
los árboles, los abetos
y el abrazo del silencio,
colmarme los sentidos.
Sentirse solo y vivo,
entre montañas grandes
y espacios infinitos.
Después volver aquí y retomar
la vida de días siempre iguales.
Volver a discutir y reírnos
con el hielo de un cotidiano invierno.
No, yo no puedo aceptarlo,
no era esta la vida que soñé,
yo no escribí esta página
y no es este el sueño que dibujamos juntos.
Qué lástima, no quiero aún creer que
sea esta la forma justa de acabar.
Si estamos juntos se que habrá un porqué,
y quisiera descubrirlo esta noche.
Si estamos juntos algo debe haber
que nos una todavía esta noche.
Te extraño aún, te extraño aún.
Después volver aquí y retomar
la vida que no parece vida.
Volver a discutir y consumir
así momentos y momentos.
No, yo no puedo aceptarlo.
Qué vida es vivir así,
desgastarme en criticas inútiles,
jugar a hacernos mal durante el día
y ser de noche cómplices.
No quiero aún creer que
sea esta la forma justa de acabar.
Si estamos juntos sé que habrá un porqué,
y quisiera descubrirlo esta noche.
Si estamos juntos algo debe haber
que nos una todavía esta noche.
Te extraño aún, te extraño aún.
Te extraño…
Riccardo Cocciante (n. en Saigón –actual Ciudad Ho Chi Minh–, Indochina francesa –actual Vietnam–, el 20 de febrero de 1946) es un cantante y compositor italo-francés. Hijo de madre francesa y padre italiano, emigra a los doce años con su familia a Roma y es allí donde se forma artísticamente, pero manteniendo su doble nacionalidad ítalofrancesa. Ha vivido durante largas temporadas en Estados Unidos y Francia.
En 1991 ganó el Festival de San Remo con Se stiamo insieme. Ha grabado varios duetos: Entre ellos, destacan Mina y la cantante española Mónica Naranjo, con la que graba en 1995 la canción Sobre tu piel. Es autor del musical Notre Dame de París (basado en la famosa novela de Víctor Hugo, Nuestra Señora de París. Este musical ha sido adaptado en varios países y en varios idiomas, teniendo una gran aceptación. Se ha adaptado en Francia, España e incluso en Rusia. Una de las canciones de este musical, Vivir, compuesta por Cocciante, fue versionada en inglés por Céline Dion (Live for the one I love) e incluida en el disco de ésta: All the way a decade of song.
En 2013 fue uno de los cuatro coaches de la edición italiana de The Voice.
En 1991 ganó el Festival de San Remo con Se stiamo insieme. Ha grabado varios duetos: Entre ellos, destacan Mina y la cantante española Mónica Naranjo, con la que graba en 1995 la canción Sobre tu piel. Es autor del musical Notre Dame de París (basado en la famosa novela de Víctor Hugo, Nuestra Señora de París. Este musical ha sido adaptado en varios países y en varios idiomas, teniendo una gran aceptación. Se ha adaptado en Francia, España e incluso en Rusia. Una de las canciones de este musical, Vivir, compuesta por Cocciante, fue versionada en inglés por Céline Dion (Live for the one I love) e incluida en el disco de ésta: All the way a decade of song.
En 2013 fue uno de los cuatro coaches de la edición italiana de The Voice.
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