Dice Antonio Gala que "los primeros amores siempre están ahí". Y tiene razón. Unas veces quedan en un recuerdo, no siempre grato, envuelto en los pliegues y aromas de la juventud; otras, esos amores se quedan dormidos en el fondo de nuestra alma y sobreviven agazapados en una canción, en una carta o en un lugar secreto que aún conserva el eco de nuestra voz devolviéndonos su recuerdo, y con él, la remota hipótesis de una vida posible que nunca llegó, pero que siempre imaginamos de mil modos distintos todos felices, como si nuestra vida fuera una eterna primavera toscana.
En ocasiones, en uno de esos días en los que nos resistimos a considerar nuestra la imagen que el espejo nos devuelve, tan diferente de la de aquellos jóvenes enamorados que una vez fuimos, el viejo amor retorna y se nos presenta con ropajes nuevos, como un espejismo del pasado, bajo la luz de un romanticismo que nos oculta las razones por las que ese amor se perdió. En ese momento, si no vivimos una rutina satisfactoria en los pilares del amor, necesariamente creados por la suma del azar y de nuestra voluntad (afecto, comunicación, sexualidad y desahogo material), puede que tengamos la tentación de olvidar que la vida no da segundas oportunidades, que el tiempo pasa y que no hay camino de regreso, que la sombra del pasado debe quedar atrás. Pero esto no debe hacer que nos equivoquemos y dejemos de creer en la posibilidad del amor, pues todo tiempo tiene el suyo, y siempre es posible el amor en cada tiempo.
Mientras paseaba una tarde (As I Walked Out One Evening) de W. H. Auden
"Mientras caminaba una tarde, caminando por Bristol Street,
las multitudes en la calle, eran campos de trigo maduro.
Y cerca del río desbordante, oí un amante cantar,
bajo un arco de las vías del tren, - el amor no tiene fin,
te amaré querida, te amaré, hasta que China se junte con África,
y el río salte por sobre la montaña, y los salmones canten en la calle.
Te amaré hasta que el océano sea doblado y colgado a secar,
y las siete estrellas vayan graznando como gansos por el cielo.
Los años correrán como conejos, porque en mis brazos tengo la flor de las eras,
y el primer amor del mundo.
Pero todos los relojes de la ciudad empezaron a chirriar y a sonar:
- Oh no dejes que el tiempo te engañe, el tiempo no se puede conquistar.
En la madriguera de la pesadilla, donde la justicia se desnuda,
el tiempo te observa desde la sombra, y tose cuando lo quieres besar.
En dolores de cabeza y preocupaciones, la vida se escapa vagamente,
y el tiempo tendrá su capricho, mañana u hoy.
En muchos valles verdes, flota la angustiante nieve;
el tiempo interrumpe las danzas cruzadas, y el brillante arco de las aves acuáticas.
Oh mete tus manos en el agua, mételas hasta la muñeca;
mira, mira el fondo del agua y pregúntate qué te perdiste.
El glaciar golpea dentro del armario, el desierto suspira en la cama,
y la rajadura en la taza de té abre un camino hacia la tierra de los muertos.
Donde los mendigos rifan los billetes, y el Gigante seduce a Jack,
y el chico blanco de lirio es un rugidor, y Jill se acuesta de espaldas.
Oh mira, mira en el espejo, oh mira en tu desgracia,
la vida sigue siendo una bendición, aunque tú no puedas bendecir.
Oh párate, párate en la ventana, mientras las lágrimas te queman y brotan;
amarás a tu torcido vecino, con tu torcido corazón.
Era tarde, tarde al anochecer, los amantes se habían ido,
los relojes habían dejado de sonar, y el profundo río seguía corriendo."
Nota.- La historia de los viejos amores y sus reencuentros ha sido reiterada y magníficamente narrada. Nos la ha contado David Nicholls en su novela Siempre el mismo día, adaptada al cine por la directora Lone Schefrig en una película protagonizada por Anne Hathaway. En ella, sus dos protagonistas se encuentran (y desencuentran) en repetidas ocasiones a lo largo de veinte años, en una relación que oscila entre la amistad, el cariño y finalmente, el amor. En su vertiente fatalista y romántica, la encontramos en La mujer de al lado de François Truffaut o en la novela de la mexicana Laura Esquivel Como agua para chocolate. Pero por encima de las anteriores, la narración que más me emociona es la realizada en la trilogía Before por Richard Linklater, director y creador de la misma. Linklater entró un día de 1989 en una tienda de juguetes de Filadelfia, y no sabía que iba a pasar aquella noche paseando y hablando por la ciudad con una mujer que conocería de manera fortuita en esa misma tienda. Cuando los personajes de Jesse y Céline se sentaron en el mismo vagón del tren que salía de Budapest con destino a Viena, no eran conscientes de que tenían a su lado a un desconocido con el que iban a vivir la noche más romántica y mágica de sus vidas. Cuando se estrenó Antes del amanecer (Before sunrise) en el Festival de Sundance de 1995, no se podía presagiar que una película independiente, de bajo presupuesto, se alzaría en Berlín con el Oso de Plata a la mejor dirección. Tampoco que esa pequeña obra de dos personajes caminando, conociéndose, hablando de lo trascendental y lo prosaico… tendría continuidad con Antes del atardecer (Before sunset, 2004) y Antes del anochecer (Before midnight, 2013), formando la mejor trilogía romántica de la historia del cine.
Para escuchar: "Cómo te va mi amor" de Pandora.
Letra
Que sorpresas da la vida,
encontrarte en plena calle,
fue una chispa en mi equilibrio,
dinamita que estalló.
Te encontré un poco más flaco,
fue mirarte y derrumbarme,
te creí, asunto olvidado,
otra vez me equivoqué.
Como te va mi amor, Cómo te va.
Era el silencio la
pregunta entre tú y yo;
Eres feliz mi bien, sin engañar,
porque a mi puerta
el amor nunca volvió. (bis)
Fue un encuentro tan pequeño,
que no pude sincerarme
y decirte te he extrañado
como nunca imagine.
Desde entonces como espuma,
crece un miedo a quedar sola,
porque no he encontrado a alguien
que me llene igual que tú.
Como te va mi amor, Cómo te va.
Era el silencio la
pregunta entre tú y yo;
Eres feliz mi bien, sin engañar,
porque a mi puerta
el amor nunca volvió. (bis)
Era el silencio la
pregunta entre tú y yo;
Eres feliz mi bien, sin engañar,
porque a mi puerta
el amor nunca volvió. (bis)
Porque el tiempo ha sido aliado
madurando este querer,
no debimos separarnos
fue un error, ahora lo sé....
Como te va mi amor, Cómo te va.
Era el silencio la
pregunta entre tú y yo;
Eres feliz mi bien, sin engañar,
porque a mi puerta
el amor nunca volvió. (bis)
La música.
Pandora es un trío musical femenino mexicano. Sus integrantes son Isabel Lascuráin, Mayte Lascuráin y Fernanda Meade. Las dos primeras son hermanas y la última, amiga de la infancia. El género musical de Pandora es la balada romántica y la música mexicana.
Pandora es un trío musical femenino mexicano. Sus integrantes son Isabel Lascuráin, Mayte Lascuráin y Fernanda Meade. Las dos primeras son hermanas y la última, amiga de la infancia. El género musical de Pandora es la balada romántica y la música mexicana.
“¿Cómo te va mi amor?” es la canción por la cual se identifica el grupo. Su canción es obra del cantante y compositor nicaragüense Hernaldo Zúñiga. En 1987 estuvo nominada al Grammy en la categoría de Pop Latino, siendo esta la canción de mayor éxito para el grupo Pandora en México. Todavía, en el 2008 seguía siendo premiada (23 años después), esta canción demostró haber sido hecha para superar la barrera de los años e, incluso, la de los géneros musicales.
“¿Cómo te va mi amor?” es una canción que habla del casual reencuentro de una pareja que nunca debió separarse. En la primera estrofa, la protagonista nos narra la historia de una mujer que tiene un encuentro casual con el hombre del cual estaba enamorada. Éste ocurre en la calle sin esperarlo ni imaginar lo que hace que ella se sorprenda al grado de sentir perder el equilibrio por el impacto que esto le causa.
En la segunda estrofa, la protagonista describe el aspecto en el que él se encuentra ya que lo ve más delgado y esto hace que ella sienta pena, lástima o tristeza por él, haciéndola pensar que nunca debieron separarse, pues el verle así la derrumba y la hace admitir que fue un error.
En el coro, la cantante muestra el interés que tiene todavía por él preguntándole: “¿Cómo te va mi amor?”. Para ella, lo principal es que él se encuentre bien. También le pregunta si es realmente feliz. Ya que ella, desde que lo perdió, no ha vuelto a encontrar el amor y le interesa saber si él sí.
En la tercera estrofa relata que el encuentro fue muy pequeño, no pudo expresar sus sentimientos y decirle cuánto lo ha extrañado. En la vida hay momentos en los que tenemos que aprovechar las oportunidades que se nos presentan dejando a un lado el orgullo, el rencor o cualquier mal recuerdo para poder así tener el valor de expresar sinceramente tal y como son nuestros sentimientos hacia alguien, ya que el tiempo y la vida se pasan.
En la cuarta estrofa, la narradora describe cómo su miedo va creciendo cada día al pensar que no va a encontrar a otro que le llene igual que él.
Al final, la protagonista confiesa saber que esa separación fue un error, ya que el tiempo ha pasado madurando ese querer en vez de dejarlo en el olvido. Además, ha aprendido a amarlo a pesar de la distancia y del paso del tiempo."
(http://www.elanalistadecanciones.com/#!cmo-te-va-mi-amor/cpp2)
El poeta.
Wystan Hugh Auden, más conocido como W. H. Auden (York, 21 de febrero, 1907 – Viena, 29 de septiembre, 1973), fue un poeta y ensayista británico, nacionalizado estadounidense en 1946. En 1935, Auden se casó con Erika Mann, la hija del novelista alemán Thomas Mann. Fue un matrimonio de conveniencia para que ella consiguiera la nacionalidad británica, puesto que Auden era homosexual. Sus poemas tempranos fueron escritos a fines de los años 1920 y, desde 1930, alternó un estilo telegráfico moderno y un modo de escribir fluido de corte tradicional, escrito con un tono dramático e intenso, que logró una reputación casi profética. Tras su ida a América, cambió el tono y exploró temas religiosos y dramáticos. Su obra poética es conocida por sus logros estilísticos y técnicos novedosos, su compromiso con los principales asuntos morales y políticos de su tiempo, y por su variedad de tonos, formas y contenidos. Los temas centrales de su poesía son: el amor personal, la política y el concepto de ciudadanía, la religión y la moral, y la relación entre los seres humanos como individuos y el anónimo e impersonal mundo de la naturaleza. Está considerado como uno de los más grandes escritores del siglo XX, y ha sido —en lengua inglesa— equiparado con Yeats y T.S. Eliot. Fue premiado con el Bollingen Prize y el National Book Award. Asimismo, fue un ensayista de primera fila, como el propio T.S. Eliot. Destacan sus estudios sobre Shakespeare, pero también los escritos sobre escritores y músicos como Goethe, Virginia Woolf, Valéry, Wilde, Cavafis, Hofmannsthal, Wagner y Verdi. La Academia Sueca consideró candidato al Premio Nobel de Literatura a Auden en 1963, cuando fue parte de una lista junto con el irlandés Samuel Beckett, el japonés Yukio Mishima, el chileno Pablo Neruda, el danés Aksel Sandemose y el griego Giorgos Seferis. Luego, formó la terna final junto con Neruda y Seferis, a quien finalmente le fue concedido.
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