domingo, 13 de diciembre de 2015

Günther, mi compañero

 
La sensibilidad y el amor no son patrimonio exclusivo de las personas. Muchas veces, el vacío que los seres humanos dejamos en el corazón de los otros, lo llena un amigo de cuatro patas. Al principio de nuestra amistad, vanidosos y engreídos, pensamos que viene a llenar el espacio que ha quedado libre en nuestras vidas, algo así como un sucedáneo sustituyendo al original, o que "sirve" para educar a los niños en la responsabilidad. Y como con la vanidad y la presunción no nos basta, sumamos la soberbia de considerarnos sus dueños, como si pudiéramos serlo de lo que por naturaleza no puede tener amo ni señor. ¿Quién puede ser propietario de la fidelidad, del amor, de la bondad, de la sinceridad absoluta, de la fe ciega en el otro? Por eso, ellos, en su sabiduría natural, nos enseñan día a día que tienen su propia identidad, y su propia opinión de cómo deben ser las cosas, y con su presencia constante nos dan clases diarias de respeto por el otro, de entrega plena a los demás. Nos escuchan, y aunque sabemos que no nos entienden, es innegable que nos comprenden mejor que nadie.
 
Este es Günther, mi compañero, mi amigo, y no hay que dejarse engañar por la correa, eso no me hace su dueño, sólo su cómplice en este mundo de humanos mucho menos educados que él, que quieren asegurarse de que su comportamiento es correctamente urbano. Es cierto que nadie es perfecto, y que cuando llega la hora de las comidas o del paseo diario pueda parecer algo interesado, pero es sólo un momento de debilidad. La verdad es que al margen de esos momentos de flaqueza, cultiva esas virtudes que todos ponderamos y tratamos de enseñar a las nuevas generaciones, como ningún otro ser vivo que haya conocido lo ha hecho. Por eso, Günther vale más que cualquier hombre, porque sabe y hace todo cuanto deberían hacer y saber los seres humanos, y lo vive con nobleza y de corazón.


Para escuchar: "Callejero" de Alberto Cortez.

 Letra
 
Era callejero por derecho propio
su filosofía de la libertad
fue ganar la suya sin atar a otros
y sobre los otros no pasar jamás.

Aunque fue de todos nunca tuvo dueño,
que condicionara su razón de ser,
libre como el viento era nuestro perro,
nuestro y de la calle que lo vio nacer.

Era un callejero con el sol a cuestas,
fiel a su destino y a su parecer,
sin tener horario para hacer la siesta,
ni rendirle cuentas al amanecer.

Era nuestro perro y era la ternura,
esa que perdemos cada día más,
y era una metáfora de la aventura
que en el diccionario no se puede hallar.

Digo nuestro perro porque lo que amamos,
lo consideramos nuestra propiedad,
y era de los niños y del viejo Pablo
a quien rescatara de su soledad.

Era un callejero y era el personaje
de la puerta abierta en cualquier hogar,
y era en nuestro barrio como del paisaje
el sereno, el cura y todos los demás.

Era el callejero de las cosas bellas,
y se fue con ellas cuando se marchó.
Se bebió de golpe todas las estrellas
se quedó dormido y ya no despertó.

Nos dejó el espacio como testamento,
lleno de nostalgia, lleno de emoción,
vaga su recuerdo por los sentimientos
para derramarlos en esta canción.

Al fin y al cabo amigos míos,
no era mas que un perro..
.
 
 
José Alberto García Gallo (Rancul, La Pampa, 11 de marzo de 1940), mejor conocido como Alberto Cortez, es un compositor, cantante y poeta argentino.

Alberto Cortez es conocido por muchos como "El gran cantautor de las cosas simples". Algunas de sus obras más conocidas son: En un rincón del alma, Cuando un amigo se va, Callejero, Mi árbol y yo, A partir de mañana, Te llegará una rosa, Castillos en el aire, El abuelo, canción esta última que obtuvo un éxito fenomenal y que fue interpretada también por la cantante venezolana Mirla Castellanos. Muchas de sus canciones se basan en hechos y personajes reales o simplemente en sentimientos y adversidades a lo largo de su vida.

Fue gran amigo del cantautor Facundo Cabral, con quien se presentaba en ciertas ocasiones cantando obras como No soy de aquí ni soy de allá y Cuando un amigo se va. En sus conciertos trataban de entrelazar un poco de humor al show. Con veinte años se fue en barco a Génova, y de allí en tren a Amberes, donde grabó su primer disco.


Durante su extensa carrera artística Cortez ha realizado actuaciones y colaboraciones con destacados artistas tales como Facundo Cabral, con quien grabó cuatro discos y realizó exitosas giras por América Latina. Junto a Estela Raval grabó un disco titulado En un rincón del alma, lo que se tradujo en un gran éxito. Con María Dolores Pradera grabó a dúo la canción En un rincón del alma para el disco En buena compañía de dicha artista. Grabó el tema Distancia con Mercedes Sosa para el disco Cómplices, lo que derivó en una gira integrada por ambos en 1991. Grabó con Ricardo Arjona su tema Mi árbol y yo.También grabó canciones del director musical español Mike Ribas.
 

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