Hoy me decía un amigo esa idea manida de que "a nuestra edad el amor es muy difícil", haciéndome reflexionar sobre esa idea tan extendida. Porque lo cierto es que no existe ninguna dificultad cuando nuestros sentidos despiertan a la vida y descubrimos al otro sexo, entonces la aventura del amor se nos presenta fascinante, y la posibilidad de compartirlo con otro ser, se nos ofrece como un mundo nuevo hecho a medida de nuestros sentimientos y nuestros sentidos. Todo nos parece nuevo y maravilloso, cuando en realidad lo único nuevo somos nosotros, la primera vez de todo: del amor y del desamor, del buen sexo y del mal sexo; aprendemos a conocer nuestro corazón y nuestro cuerpo a través de las palabras, las manos y los labios de una persona que, ¿qué duda cabe?, es para nosotros maravillosa. Por eso no es de extrañar que seamos capaces de entregar nuestro cuerpo, nuestro amor, nuestra vida y nuestro futuro, a un amor que nos explica como personas y nos justifica como seres humanos. Amar nos convierte en seres que viven en plenitud el amor y a él subordinan todo lo demás. Y no hay ninguna dificultad en ello. Entonces, ¿cuándo surge la dificultad y cuál es?
La vida cambia, y con su discurrir nos cambia, pero no puede ser sólo eso lo que explica que se diga a ciertas edades que es muy difícil que se pueda lograr. Es cierto que cuando el amor llega a edades maduras, todos somos prisioneros de nuestras circunstancias: trabajos, hijos, familias, obligaciones económicas y un sin fin de otras cargas y circunstancias de todo tipo, que nos hacen vivir de manera responsable el amor; es decir, de manera limitada. Y puede que eso nos obligue a hacer un esfuerzo por lograr la compatibilidad entre el amor y nuestras obligaciones, pero eso no lo hace difícil, sólo esforzado. Es el amor y la posibilidad de su realización lo que queda condicionado, que no sometido, a las necesidades, obligaciones, exigencias o deberes de las personas, pero eso no le resta importancia, ni hace que deje de ser lo primero, pues toda nuestra vida se rige por él, por su cuidado y futuro.
La vida cambia, y con su discurrir nos cambia, pero no puede ser sólo eso lo que explica que se diga a ciertas edades que es muy difícil que se pueda lograr. Es cierto que cuando el amor llega a edades maduras, todos somos prisioneros de nuestras circunstancias: trabajos, hijos, familias, obligaciones económicas y un sin fin de otras cargas y circunstancias de todo tipo, que nos hacen vivir de manera responsable el amor; es decir, de manera limitada. Y puede que eso nos obligue a hacer un esfuerzo por lograr la compatibilidad entre el amor y nuestras obligaciones, pero eso no lo hace difícil, sólo esforzado. Es el amor y la posibilidad de su realización lo que queda condicionado, que no sometido, a las necesidades, obligaciones, exigencias o deberes de las personas, pero eso no le resta importancia, ni hace que deje de ser lo primero, pues toda nuestra vida se rige por él, por su cuidado y futuro.
Pero muchas veces el amor sencillamente no existe, sólo hay egoísmo, y ahí es dónde surge la tan traída y llevada "dificultad", pues no es amor el sentimiento de una persona que subordina a su más abyecto egoísmo su posible realización, cuando nada o casi nada se subordina a él, por el contrario, en este caso casi no merece la pena llamar "amor", un sentimiento que supone la entrega absoluta al otro, a algo tan pobre, tan... cortito y egoísta, que no entiende que el amor no es una sociedad mercantil, sino una propuesta vital.
Para escuchar: Yo te propongo de Armando Manzanero interpretada por Roberto Carlos
Letra
Yo te propongo,
que nos amemos nos entreguemos
y en el momento que el tiempo afuera no corra más.
Yo te propongo,
darte mi cuerpo después de amar y mucho abrigo
y más que todo, después de todo brindarte a ti mi paz.
Yo te propongo,
de madrugada si estas cansada
darte mis brazos y en un abrazo hacerte a ti dormir.
Yo te propongo ,
no hablar de nada seguir muy juntos la misma senda
y continuar después de amar al amanecer, al amanecer.
Yo te propongo
darte mi cuerpo después de amar y mucho abrigo
y más que todo después de todo brindarte a ti mi paz.
Yo te propongo
de madrugada si estas cansada
darte mis brazos y en un abrazo hacerte a ti dormir.
Yo te propongo,
no hablar de nada seguir muy juntos la misma senda
y continuar después de amar al amanecer,
al amanecer, al amanecer.
Yo te propongo
Roberto Carlos Braga (Cachoeiro de Itapemirim, 19 de abril de 1941), conocido como Roberto Carlos, es un cantante y compositor brasileño, uno de los principales representantes de la MPB, y uno de los artistas latinos que más discos ha vendido en todo el mundo, más de 120 millones de copias. Es uno de los iconos más populares y reconocidos de la música brasileña en el mundo; de gran renombre en Brasil y en el resto de América. Sus éxitos y discos publicados y su actividad artística no caben en un simple comentario, pues es inconmensurable. Es considerado uno de los más grandes cantautores de la historia en colaboración con sus amigos Manuel Morais y Erasmo Carlos. Cada disco suyo contaba con más de un éxito, y según registros, es el artista iberoamericano que más ha sonado en la historia de la radio en el continente. Todo esto sin contar la cantidad de éxitos conseguidos en Brasil que no entraron al mercado hispano por no ser traducidos al español, que suman más de 250. Además ha intervenido en nueve películas. Roberto Carlos es un hito mundial en la historia de la música popular del S. XX y XXI.
robertocarlos.com
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