martes, 21 de mayo de 2013

En los 200 primeros años de Richard Wagner


 Busto de Richard Wagner en Bayreuth. Obra de Arno Breker.


Afirmar como frívolamente se hace en los medios de comunicación, que estamos ante el bicentenario del nacimiento de un músico, o incluso del más importante músico, es un absurdo. El Maestro Wagner fue mucho más, dentro y fuera del Arte.

En el Arte, Richard Wagner consiguió restaurar la integridad de las artes en la expresión del sentimiento trágico de la existencia; fuera del Arte, Richard Wagner formuló para la posterioridad un actitud de afirmación de la primacía de la espiritualidad sobre la materia; de la redención del ser humano por amor. Precisamente por ello, quienes han hecho del mundo y de su mundo particular, una charca infecta de materialismo y degradación, han reaccioando como dijera Machado: "la envidia de la virtud hizoa Caín criminal"; y no pudiendo destruir su obra, se la ensucia, se la distorsioan y si eso no bastara, se le prohibe, como ocurre en Israel o se pretende ahora en Suecia.

Da igual, no podrán con Wagner, mientras haya espacio para el amor y la belleza en el mundo, habra Wagner, siempre Wagner.

Para escuchar: "Coro de los peregrinos". Tanhauser.

Letra

Beglückt darf nun dich, o Heimat, ich schauen,
und grüßen froh deine lieblichen Auen;
nun lass' ich ruhn den Wanderstab,
weil Gott getreu ich gepilgert hab'.

Durch Sühn' und Buß' hab' ich versöhnt
den Herren, dem mein Herze frönt,
der meine Reu' mit Segen krönt,
den Herren, dem mein Lied ertönt.

den Herren, dem mein Lied ertönt.

Der Gnade Heil ist dem Büßer beschieden,
er geht einst ein in der Seligen Frieden!
Vor Höll' und Tod ist ihm nicht bang,
drum preis' ich Gott mein Lebelang.

Halleluja! Halleluja!
in Ewigkeit, in Ewigkeit!

Traducción 


Con alegría te encuentro de nuevo, oh patria mía,
con gozo saludo a los verdes prados;
dejo ya mi báculo de peregrino pues,
humillado ante Dios, he peregrinado.

Estoy en paz con el Señor,
a Él se rinde mi corazón,
Él me ha bendecido.
A Él elevo mi canto,
A Él elevo mi canto.

La gracia de la salvación has concedido al penitente,
una vez que entre en la bendita paz!.
Sin miedo al infierno ni a la muerte,
alabaré a Dios por el resto de mis días.

¡Aleluya! ¡ Aleluya!

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